Ayer fue un día abundante…

¡De cosas no deseadas!

Sí, es la verdad :/

Sin embargo, voy a hablar de lo que sí deseo.

Fue un día abundante en risas con Majo, Johana, Patrick y con mi madre!

Fue un día abundante en trabajo, en el que preparamos una propuesta con la que estoy muy contenta para una empresa.

Fue un día abundante en movimiento: muchas llamadas, muchos clientes, muchos alumnos, mucha vida!

Fue un día de nuevas colaboraciones abundantes, nuevos profesionales alineadísimos con la filosofía y vibración de Vidaes con los que vamos a trabajar (Berta, esto va por ti 😉 )

Fue un día de abundantes desencuentros también. Nuestro Félix ta tenido un golpe en la moto, está bien, pero se ha fastidiado la rodilla. Abundante cabreo me pillé ¡No puede ser! ¡No es justo!

Lo abundantemente bueno fue ver cómo le aprecian los alumnos, como se adaptan a los cambios maravillosamente. Le mandamos un audio de buenos deseos y le hizo mucha ilusión. Tenemos una calidad humana en nuestros alumnos impresionante, ¡valen su peso en oro!

Abundantemente maravilloso también fue que Jenny pudo venir en el último minuto a cubrir sus clases, que vino con una sonrisa maravillosa a dar lo mejor de sí ¡Te queremos, Jenny! Los profes de Vidaes también valen su peso en oro.

Además, mis gatitos tuvieron su primera pelea callejera, con un gato gigante. Menos mal que Patrick les separó y salieron casi ilesos, sólo algún rasguño. De cierta manera me sentí feliz de que sean más libres y que puedan llegar más lejos, aunque eso implique que tengan que pelear un poco para defender su territorio.

Abundantemente contrastante (me he inventado la palabra) fue un problema que surgió en un proyecto grande, que ponía en riesgo todo el proyecto.

Y lo maravilloso fue que elegí por mi, Vidaes y sus valores, y Majo me apoyó al 1000%. No hay proyecto o cantidad de dinero lo suficientemente grande, como para que yo actúe en contra de mi y lo que hemos creado.

Vidaes es más grande que esos miles de euros. Yo soy más importante que cualquier cantidad de dinero. Mis valores no tienen precio, ni tampoco los de Vidaes.

¡Eso es abundancia!

Y la abundancia económica vendrá de esa o de otra forma.

¡He dicho! 😉

Mira el cartel que encontré, lo representa a la perfección! 😉

(Perdón por el desahogo)

Así que, al final, un día abundantemente bueno, con unas olas gigantescas que he surfeado como he podido.

¿Y el tuyo?

¡Cuéntame cosas abundantes!

Un abrazote

Alicia

PD: Tengo curiosidad por saber si te ha pasado alguna vez que te has dado cuenta de que eres más importante que el dinero.

PD2: Gracias por leerme y permitirme desahogarme 😉

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