Ha sido un fin de semana muy interesante para el mundo del crecimiento personal, lleno de eventos, cambios y opiniones, por resumirlo de alguna manera.

Yo personalmente no acudí a Being One. Quería hacerlo, y estuve 4 veces frente a la página de pago, pero algo me lo impedía (ya descubrí qué era)

Aún así, me he mantenido al tanto de lo que ha ido sucediendo como quien ve una película súper interesante. Observando reacciones, leyendo los comunicados, viendo lo que sucedía en y fuera del evento.

Por supuesto que no voy a entrar a juzgar ninguna de las posiciones. Lo que sí me interesa es el aprendizaje que este evento y cómo ha sucedido tienen para mi.

Soy de pensamiento general, me encanta ver las cosas en su conjunto, con la mayor perspectiva que soy capaz de tomar. Y desde lejos lo que se veía era, como dijo Álex Rovira era un evento creado con mucho corazón y pocos pies. O como yo lo diría, con poca razón. Y me resultó sorprendente, que Antonio Moll, un empresario que ya había tenido un gran éxito en varios negocios, dejara a un lado la razón al tomar sus decisiones.

Eso es algo que en el mundo del crecimiento personal está bien visto. Después de 12 años formándome y dedicándome a esto he oído muchas veces eso de “no seas tan mental”, “sal de tu cabeza”, “deja que tu corazón decida”. Así que, después de una gran parte de mi vida callando mi corazón, la solución que se me propone es callar mi mente. ¿Te suena?

Y desde mi punto de vista, callar a uno o a otro por sistema no nos lleva a ninguna parte, porque nos hace negar una parte de nosotros mismos. Nos hace posicionarnos en un bando y separarnos de la gente que está en el otro. Hace que las personas que se rigen por el amor del corazón rechacen la mente. El amor rechazando… ¿no es una contradicción?

Y, ¿por qué hay que elegir? ¿Por qué no darle a cada uno el espacio que merece? ¿Por qué no integrarlos y hacer que funcionen coordinadamente? ¿Cuál es la mejor forma de usar nuestra mente?

Así que, en un Satsang improvisado al finalizar el evento de Mooji en el teatro Nuevo Apolo que por casualidad me tocó presenciar en primerísima fila, le hice la pregunta a Mooji.

Mi conclusión es que, para lograr ser feliz necesitas usar tu mente, porque si no lo haces, ella te usará a ti. Y también darte cuenta de que no eres sólo tu mente, hay una sabiduría profunda en tu interior a la que tienes acceso cuando consigues calmar (no callar) tu mente. Y la mejor forma de usar la mente es integrarla con la emoción, dirigir tus pensamientos hacia aquello que te haga sentir bien. La razón al servicio del corazón y el corazón al servicio de la razón, un equipo perfecto que, como dice Mooji, nos hará florecer de maneras sorprendentes.

En ese estado del ser, nos abrimos a la abundancia que nos es natural, la abundancia de lo que deseamos.

Ser Uno con uno mismo te mostrará el espacio en el que eres uno con los otros. El camino más fácil siempre es hacia dentro.

¿Y cómo hacer todo esto?

Apreciando tu mente y entendiendo tu corazón.

Hoy vamos a empezar por lo más sencillo, apreciando tu mente.

Este ejercicio consiste en llevar la energía del amor a tu pensamiento.

Vas a demostrarle a tu mente por qué la aprecias, a tu razón le encantan las razones 😉

1. Haz una lista de razones por las que aprecias tu mente, razón o capacidad lógica.

2. Cada día ve añadiendo más razones, sólo tienes que buscarlas para encontrarlas.

3. Observa que, cuanto más aprecias tu mente, más aprecia ella, hasta que habrás integrado tu mente con tu corazón.

4. Cuéntame qué tal te ha ido con el ejercicio, y qué otras herramientas te funcionan para integrar mente y corazón.

Y si te quedas con ganas de más, puedes venir al próximo taller de Activa tu abundancia, en el que compartiré una nueva visión de la abundancia basada en el ser, que aprendí con Mooji. Me encantará verte!

Activa tu abundancia

Un abrazo

Alicia

PD: Y además, tenemos otra clase gratuita de escuela de felicidad el próximo lunes. Inscríbete cuanto antes, para no quedarte sin plaza!